viernes, 29 de diciembre de 2006

Modelos de Salud Intercultural

POLÍTICAS PÚBLICAS
Medicina indígena y modelos de salud intercultural

Un Estado que persigue el bienestar común no puede reducir las demandas de los pueblos originarios sólo a la restitución de tierras. Hemos aprendido que los pueblos indígenas mantienen sus propios sistemas de salud.

Enzo Pistacchio S.
Secretario ejecutivo del Programa Orígenes

Cuando el año pasado el Presidente Ricardo Lagos anunció los alcances de la Política del Nuevo Trato hacia los pueblos indígenas, planteó la base sobre la que en el futuro será posible levantar una sociedad donde todos los grupos humanos puedan reconocerse ocupando un espacio propio y otro común. Es un compromiso y, por qué no decirlo, una deuda pendiente con las comunidades ancestrales. Paso a paso, Chile va construyendo el camino hacia esa realidad. Y reflejo de aquella idea son los importantes avances en materia de salud, sector que ha ido validando la naturaleza multiétnica de Chile.

Las obras del primer hospital intercultural que se construye en la IX Región reflejan parte de la voluntad del Estado por reconocer esa diversidad. Junto a autoridades sanitarias, el comité mapuche de salud, integrado por comunidades de la zona costera de La Araucanía, participó en el diseño de los 940 metros cuadrados destinados exclusivamente al ejercicio de la medicina mapuche. Con una inversión que bordea los 10 mil millones de pesos, el centro asistencial entraría en servicio en enero próximo y atenderá a más de 100 mil usuarios de las comunas de Cholchol, Nueva Imperial, Carahue, Puerto Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén.

En poco más de quince años, hemos aprendido que los pueblos indígenas de Chile mantienen sus propios sistemas de salud, que agrupan un conjunto articulado de conocimientos con los que cada comunidad interpreta la enfermedad, el dolor y la muerte; lo que, entre otras cosas, determina sus formas de prevenir y curar las enfermedades, mitigar o eliminar el dolor, restituir el equilibrio y prolongar la vida. En ese proceso se han ido acumulando experiencias y compromisos de muchos actores -tanto indígenas como no indígenas- que hoy materializan parte de sus acciones en 22 servicios de salud con mayor presencia de población indígena. De hecho, en Chile los contenidos acerca de salud intercultural del Convenio 169 de la OIT adquirieron connotación de política pública indígena en 2001, cuando por primera vez se aprobó un presupuesto para dos programas de salud intercultural ejecutados por el Gobierno. Hoy es prioritario el estudio y la formulación de un marco jurídico de legitimación, validación y respeto de los sistemas de salud indígena, pues junto a la continuidad de esas iniciativas, nuestro Ministerio de Salud debe dictar -según considera el documento del Nuevo Trato- un reglamento que reconozca a los agentes de medicina indígena, con el propósito de que ellos trabajen complementariamente con personal de salud pública, profundizando la conciliación de procesos de atención pertinentes para los pueblos originarios.

El Programa Orígenes-Mideplan realiza en Santiago un seminario que precisamente aporta a la construcción de un marco jurídico institucional respecto del tema. A la cita han acudido representantes indígenas, encargados técnicos de los servicios de salud, seremis, destacadas autoridades de la coordinación de políticas indígenas, e invitados de Canadá, Nueva Zelandia, Perú, Venezuela y México. Concebido como un espacio de construcción conjunta, el seminario es un paso para orientar la legitimación de los sistemas de salud intercultural, y revisa los avances obtenidos en Chile y el extranjero en el desarrollo de políticas públicas de salud multiétnica. De esta manera y como organizador del evento, el programa da coherencia y sentido al mandato que le dio vida en 2001: Definir su quehacer en la capacidad de formular procedimientos de intervención y gestión que persigan la incorporación de las comunidades originarias al desarrollo.
Orígenes ha permitido rescatar en el área de salud, por ejemplo, la red de parto aymará en Iquique, el Centro de Salud Intercultural de San Pedro de Atacama y espacios para la atención de machis y componedores de huesos en Tirúa y La Araucanía. De hecho, por su componente de salud intercultural, la institución se instala como un aporte a la conservación y fortalecimiento de las prácticas ancestrales, porque ha devuelto a las comunidades el valor de ser indígena gracias a talleres de conocimiento, recolección y manejo de hierbas en las comunidades de la IX Región o a la realización de 216 proyectos locales de adquisición de remedios, carpas y equipamiento para la atención sanitaria durante las veranadas (arreo y cuidado de ganado en las montañas durante el estío), en las localidades pehuenches de Trapatrapa o Callaqui en el Alto Biobío.

La recientemente inaugurada Casa para la Buena Salud, junto al Hospital de Lanco, en la X Región, es un buen modelo de experiencia intercultural impensable hace algún tiempo, pero ahora viable debido a la disposición de conciliar y cruzar metas en forma integrada. El consultorio mapuche es un logro tanto para Orígenes como para el Servicio de Salud Valdivia y las nueve comunidades que decidieron unir sus recursos individuales en pos de una inquietud común que beneficia a todos. Con el propósito de mejorar la situación de la salud de la población originaria, ampliar su acceso a los servicios públicos y eliminar las barreras culturales, Orígenes en conjunto con el Ministerio de Salud entrega equipamiento e infraestructura a los servicios establecidos, implementa espacios en postas y consultorios y apoya el oficio de cultores y especialistas en medicina indígena.

Un Estado que persigue el bienestar común de todos sus habitantes no puede reducir las demandas de los pueblos originarios sólo a la restitución de tierras. Existe la voluntad y la confianza de creer en las fortalezas de los pueblos originarios y sus capacidades para los grandes desafíos. Nuestra tarea es reconocer y dignificar esas potencialidades y conocimientos y recogerlos como una oportunidad para construir nuevos espacios de integración.

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