Los participantes del Simposio 12 “Antropología Crítica”, del VI Congreso Chileno de Antropología, hemos conocido la situación de la comunidad Antimilla a través del relato de sus dirigentes que concurrieron a nuestro simposio. La comunidad ha vivido varias incursiones irregulares de la empresa SNPOWER que proyecta construir dos represas hidroeléctricas, afectando su territorio y cultura ancestral. Esto se enmarca en un contexto de múltiples proyectos hidroeléctricos en el sur de Chile que involucrarán consecuencias ambientales y sociales de amplio impacto.
Los dirigentes de la Comunidad Antimilla, que forma parte de la mesa Pellaifa Newen, están dispuestos a dialogar y defender sus derechos. Pero han sido víctimas de acciones de fuerza por parte de la empresa SNPOWER, como la instalación de materiales y maquinarias para faenas de prospección sin autorización de la comunidad lo que obligó a los comuneros a oponerse físicamente para lograr que la empresa retirase su materiales y detuviera las faenas no autorizadas.
Los dirigentes de la Comunidad Antimilla plantearon en nuestro simposio su oposición a la instalación del proyecto hidroeléctrico de la Empresa SNPOWER. Por ello, rechazan la realización de estudios de impacto ambiental, pues consideran que esos estudios abren la puerta al proceso de destrucción de su comunidad. En ese contexto plantean su rechazo a la presencia de los antropólogos que hagan estudios ambientales en su comunidad para las grandes empresas.
La demanda de la comunidad Antimilla a los participantes del simposio 12 “Antropología Crítica”, plantea al Colegio de Antropólogos el desafío de pronunciarse frente a las instalación de estos proyectos hidroeléctricos y otros de gran impacto ambiental en general. Pensamos que estas situaciones comprometen principios éticos del quehacer antropológico, y además implican un análisis profundo de las políticas públicas en materia ambiental, pues nuestra legislación no garantiza la autonomía y la debida consideración a los informes de antropólogos, lo que lleva a deslegitimar e incluso instrumentalizar estos estudios para el servicio de grandes intereses económicos desvirtuando el sentido de nuestra profesión. Tampoco se garantiza en la legislación ambiental la autonomía de las comunidades a decidir sobre sus recursos y patrimonio cultural y ambiental.
Solicitamos que los participantes del congreso y el colegio de antropólogos ayuden a difundir la demanda de la comunidad Antimilla para que aquellos colegas que están contratados por la empresa SNPOWER respeten la decisión actual de la comunidad de rechazar la realización del estudio de impacto ambiental. De este modo evitaremos conflictuar nuestra disciplina con quienes no son meros objetos de estudio sino los sujetos a quienes debemos en primer lugar respetar y servir.
Los dirigentes de la Comunidad Antimilla, que forma parte de la mesa Pellaifa Newen, están dispuestos a dialogar y defender sus derechos. Pero han sido víctimas de acciones de fuerza por parte de la empresa SNPOWER, como la instalación de materiales y maquinarias para faenas de prospección sin autorización de la comunidad lo que obligó a los comuneros a oponerse físicamente para lograr que la empresa retirase su materiales y detuviera las faenas no autorizadas.
Los dirigentes de la Comunidad Antimilla plantearon en nuestro simposio su oposición a la instalación del proyecto hidroeléctrico de la Empresa SNPOWER. Por ello, rechazan la realización de estudios de impacto ambiental, pues consideran que esos estudios abren la puerta al proceso de destrucción de su comunidad. En ese contexto plantean su rechazo a la presencia de los antropólogos que hagan estudios ambientales en su comunidad para las grandes empresas.
La demanda de la comunidad Antimilla a los participantes del simposio 12 “Antropología Crítica”, plantea al Colegio de Antropólogos el desafío de pronunciarse frente a las instalación de estos proyectos hidroeléctricos y otros de gran impacto ambiental en general. Pensamos que estas situaciones comprometen principios éticos del quehacer antropológico, y además implican un análisis profundo de las políticas públicas en materia ambiental, pues nuestra legislación no garantiza la autonomía y la debida consideración a los informes de antropólogos, lo que lleva a deslegitimar e incluso instrumentalizar estos estudios para el servicio de grandes intereses económicos desvirtuando el sentido de nuestra profesión. Tampoco se garantiza en la legislación ambiental la autonomía de las comunidades a decidir sobre sus recursos y patrimonio cultural y ambiental.
Solicitamos que los participantes del congreso y el colegio de antropólogos ayuden a difundir la demanda de la comunidad Antimilla para que aquellos colegas que están contratados por la empresa SNPOWER respeten la decisión actual de la comunidad de rechazar la realización del estudio de impacto ambiental. De este modo evitaremos conflictuar nuestra disciplina con quienes no son meros objetos de estudio sino los sujetos a quienes debemos en primer lugar respetar y servir.
Enviado por: Colegio de Antropólogos de Chile A. G. colegioantropologoschile@gmail.com
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