miércoles, 25 de julio de 2007

Sobre el exterminio y la violencia "solapada"

En un artículo de opinión publicado el 18 de Junio de 2007, denominado "La Encrucijada de la Interculturalidad" (http://interculturalidadysalud.blogspot.com/2007/06/la-encrucijada-de-la-interculturalidad.html) se devela la inconsistencia o contradicción subyacente a la actitud, discurso y política que con relación a la Interculturalidad deplega el estado y sociedad chilena.
Esta constatación se refuerza con un pequeño adendum contenido en otro artículo de opinión, publicado el 25 de Julio de 2007, "La mantención de la Violencia y la Vulneración de Derechos en los Asuntos Interculturales" (http://interculturalidadysalud.blogspot.com/2007/07/la-mantencin-de-la-violencia-y-la.html), en el que se difunden dos comunicados relativos a situaciones ocurridas en Perú y Bolivia que vienen a confirmar la transversalidad de la incongruencia con la que los estados sudamericanos asumen los ausntos interculturales, realidad dentro de la cual resulta especialmente afectada la vida y cultura del pueblo mapuche ubicado en territorio chileno y argentino.
En esta oportunidad queremos reforzar los conceptos propuestos y los juicios emitidos, en el sentido de "desnudar" los fuertes procesos de dominación y represión operativa tras discursos y políticas construidas sobre bases "estéticas" humanistas y democráticas.
Lo primero que debe reconocerse es que se ha exterminado - por la fuerza militar y la usurpación territorial inicialmente, y por la educación y la integración socioeconómica y organizativo política que propician los estados nacionales en la actualidad - un pueblo y nación legítima y equivalente a los estados nacionales post colonialistas que permenentemente han desconocido el carácter de pueblo, esto es de similitud social y política, para los habitantes originarios del territorio, en este caso Mapuche.


Este exterminio ha tenido variadas formas, siendo una de las más características la usurpación de los territorios y sus recursos naturales para la alimentación del sistema industrial capitalista transnacional. Esta estrategia ha implicado la reducción territorial, el empobrecimiento material y sociocultural y la afectación de las condiciones ambientales, la calidad de vida y la salud colectiva; esto luego de los impactos en el concepto, estima e identidad sociocultural producido por la perdida de control sobre el entorno natural y social y por la reducción subsecuente de la autodeterminación cultural.


Las consecuencias de implementar este tipo de estrategias no implican sólo, como en el caso de esta Kushe de Pwel Mapu / Argentina, el deterioro de las condiciones ambientales y el riesgo de la salud y la sobrevivencia, sino que también implican el deterioro de las condiciones de vida colectiva por la instalación y exacervación de conflictos políticos y sociales entre indígenas y nacionales, representados tanto en el estado como en organizaciones privadas y civiles. Este es el caso de los mapuche del territorio Naüqche, Gulu Mapu / Chile, en el que por la usurpación territorial ejercida por las empresas forestales, suministradoras de materia prima para la industria transnacional de la celulosa (altamente contaminante, por lo menos en Chile), se ha articulado una serie de acciones de resistencia y reivindicación sociocultural que han sido respondidas por el estado con represión policial y judicialización de los conflictos indigenas o "Interculturales".


La judialización de los asuntos interculturales no se reduce sólo a los temas relativos a la usurpación de derechos por parte de privados o intereses económicos sino que también se extiende a los conflictos que las comunidades tienen con el estado a propósito de la usurpación y vulneración de derechos ancestrales sobre el territorio mapuche y sus recursos que este realiza. En este caso la represión es tanto o mas institucional y violenta que en el caso de los conflictos entre mapuche e intereses privados, industriales.

Esta configuración de situaciones de vulneración de derechos, sostenida y progresivamente más sofisticada dircursiva e ideológicamente, ha determinado la movilización de recursos organizativos y políticos para la compensación de los perjuicios y la reivindicación de intereses socioculturales y derechos ancestrales. Gracias a este "agenciamiento" se ha conformado una red social progresivamente más integrada y extensiva, que mediante distinto tipo de actuaciones oponen resistencia y ejercen influencia en orientación a sostener garantias que aseguren su sustentabilidad sociocultural. En esta red se integran diversos actores sociales, desde miembros de otros pueblos indígenas existentes en Chile y Argentina hasta nacionales cercanos a una nueva racionalidad.



Existe un tipo de acciones de caracter comunicacional, motivacional, identitario, como el que realiza esta red social en los centros urbanos a las puertas de la residencia de las instituciones gubernamentales nacionales. Existe también otro tipo de acciones reivindicativas de caracter más sociocultural que político, sin decir con ello que no se implique siempre la dimensión política, como la recuperación de territorio para la recuperación del sustrato de la identidad y su desarrollo. Esto ocurre en lugares más bien rurales, en los que los intereses transnacionales sin estar presentes ni ocupar el territorio lo patrimonializan para sí, excluyendo a quienes ancestralmente lo habitaron. Es el caso de lo ocurrido en la patagonia argentina, Pwel Mapu, entre un lofche y el magnate italiano, empresario del diseño y la moda, Benetton.


Este tipo de acciones han ido construyendo poder político que ha instalado expectativas, aspiraciones de participación en la toma de decisiones relativas a los asuntos que afecten a los pueblos indígenas, más allá de la sola movilización social reivindicativa.


Sin embargo, y como ya se ha descrito y constatado, las respuestas del estado y sociedad nacionales han seguido siendo represivas y violentas, situación que lejos de desalentar las movilizaciones del pueblo mapuche, agudizan el conflicto, generan bases para la mantención y radicalización del movimiento y para legitimar y extender el apoyo social internacional al movimiento cultural y político mapuche.


Finalmente, junto a la reacción de progresiva solidaridad de la sociedad civil nacional e internacional ante el también progresivo abuso y uso de la violencia por parte del estado en la negociación de conflictos interculturales, puede reconocerse el nacimiento de movimientos transversales a la sociedad nacional (jovenes, adultos y ancianos; mujeres y hombres; urbanos o rurales) que han ido reconociendo el manejo ideológico del conflicto por parte del estado, ante lo cual han desarrollado actitudes reivindicativas - y eventualemente combativas - de las que se han ido haciendo parte las nuevas generaciones de mapuche, en todos los lugares en que habitan - ciudad o campo, norte o sur - incorporando nuevos códigos y prácticas, propias del aprendizaje cultural producido por las relaciones de inbtercambio cultural con las sociedades dominantes. Estas nuevas generaciones reconocen en la lucha política una instancia de deconstrucción ideológica y redistribución del poder, los derechos y recursos en los territorios mapuche.


Francisco Javier Cabellos Martínez
Lic. en Psicología.
Mg. en Desarrollo Regional y Local
Dir. de Proyectos AXXIONA Desarrollo Humano

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