jueves, 22 de noviembre de 2007

ESPIRITUALIDAD COSMICA ANDINA

Por: Salvador Palomino Flores
(Desde Dinamarca)

Todos los pueblos, en sus propias lenguas, tienen términos o nombres para indicar sus actitudes frente a sus seres divinos o sagrados. Los de la cultura occidental, que hablan lenguas provenientes del Latín, lo llaman Religión.
El hermano Amawta (sabio) boliviano, don Valentín Mejillones, afirma que nosotros los indios no podemos llamar Religión a nuestra práctica sagrada, sino, Espiritualidad. Pues, los occidentales y los indios no estamos tratando de las mismas formas de actitud sagrada: Religión viene del latín Re-ligare que significa servir de nexo, unir. Los occidentales creen ( por dogma y por fé) en un cielo donde moran Dios y su corte celestial y, en ese pensar, el ser humano está muy lejos y separado, está aquí en la tierra, su morada. Así, la Religión, mediante ritos y ceremonias une o acerca a los humanos con sus seres divinos, con quienes sólo se irán a juntar después de la muerte. Los pueblos indios somos el “Microcosmos dentro del Macrocosmos”, y el Macrocosmos es el cosmos, el universo y la naturaleza, sagrados inmanentes, en cuyas entrañas los humanos, los pueblos y todos los seres vivientes estamos inmersos, integrados, por tanto participando a la vez de los mismos estados divinos y sagrados. En esta gran familia cósmica nos unen y entrelazan energías y fuerzas innatas, y a esto llamamos Espíritu de los seres y de las cosas.
Como práctica cultural de la institución de la Reciprocidad nuestros pueblos hacen ritos y ceremonias como agradecimiento y reconocimiento a nuestros seres enérgicamente mayores dentro del cosmos: Wiraqucha (energía cósmica total), Inti (Sol), Killa (Luna), Chakana (Cruz del sur), Chaska (Venus), Illapa (Rayo), Chirapa (Arco Iris), Pacha Mama (Madre Tierra), Mama Qucha (Madre Mar), Wamani o Achachila (Cerro Sagrado), Amaru (Río Sagrado), Wanka Rumi (Piedra Sagrada), Mallki (Antepasado Sagrado), Waka (Lugar o Templo Sagrado), Illa (Objeto representativo de lo Sagrado), etc., y a los seres que los representan: Cóndor, Puma, Aguila, Serpiente, etc., que con sus fuerzas y energías hacen que exista la vida en bienestar, armonía y paz en la naturaleza.
Nuestros Willaq Umu, Amawta, Yatiri o Misayuq, especializados en los rituales y ceremonias, ofrendan nuestras propias energías y las energías de las cosas escogidas (flores, granos, frutos, semillas, fetos de animales, minerales, etc.) a nuestros entes sagrados, ellos lo reciben como “alimentos” y se regocijan, para luego congraciarnos, en reciprocidad, con energías cósmicas para la buena vida de todo ser viviente y para la armonía en el entorno de nuestras existencias. En nuestro pensamiento y práctica espiritual y social no se puede recibir nada sin retornar algo a cambio, principio formidable que hace que nuestras sociedades se mantengan siempre en igualdades armónicas sin que surjan los acumuladores o los explotados. Es a toda esta forma de actitud sagrada que, más propiamente, llamamos Espiritualidad, y no Religión.
Sincretismo: Hace 515 años que europa invadió los Andes, nos trajeron otras culturas, otro sistema de vida, diferentes religiones, las que nos impusieron sin lugar a reclamos. Sin embargo, en todo este tiempo, nuestros pueblos crearon y ejercen “Mecanismos de Defensa Cultural” para seguir existiendo, y en este juego a la afrenta hasta nos hicimos cristianos o católicos, nos convertimos en bi-culturales, en espiritualistas/religiosos, pero nunca jamás olvidamos lo nuestro, pues cada cosa la realizamos en su lugar y en su momento. En esta situación de ejercicio de lo propio desarrollamos estrategias: Como cultura dominada, nos prestamos o enajenamos elementos rituales de la cultura dominante para indianizarlos é incorporarlos a las formas de nuestra propia Espiritualidad. Es así que en muchas partes Santa Elena, por ejemplo, es nuestra Pacha Mama; Santiago el Apóstol es el Illapa; la Vera Cruz nuestra Chakana; o San Juan convertido en “Hatun San Juan” (San Juan Mayor) y en “Uchuk San Juan” (San Juan Menor) representa a nuestros Illa, que eran y son Hatun Illa (Illa mayor) y Uchuk Illa (Illa menor). A este intercambio de elementos y aparente trastocación de funciones de seres divinos occidentales y andinos algunos intelectuales sociales lo llaman Sincretismo, y afirman que la espiritualidad indígena y la religión cristiana han dejado de ser lo que son y que ambos se han fusionado para formar una sola tercera resultante. Esta posición es falza y una trampa, si la aceptamos sólo contribuiremos a la desaparición más rápida de la espiritualidad indígena, puesto que aquí no hay complementaciones ni relaciones armónicas, sino una contienda constante entre la religión dominante y la espiritualidad dominada. Además, es imposible una unión entre ambos sistemas porque son diametralmente opuestos en sus formas y en sus objetivos.
La Religión cristiana está muy extendida en Latinoamérica, se afirma un 92% de católicos en el Perú, pero en este cálculo no se ha observado la situación espiritualidad/religión que es práctica de personas en paises con fuerte presencia indígena.
En las últimas décadas hay una significativa invasión de las sectas protestantes, especialmente en los territorios indios; posiblemente haya una incentivación de las estrategias que emplea occidente para avasallar y sojuzgar culturas indígenas para la expoliación económica, es conocido que para ello atenta primero contra las fuerzas de la identidad cultural de los pueblos, mediante la imposición de la religión, principalmente la protestante. Dentro de ellos, frente al avasallamiento hegemónico del sistema occidental capitalista y sus secuelas depredantes, un grupo de sacerdotes cristianos han optado por ponerse al lado de los pobres y los desamparados y, afirman, tratar “de extender el sentido social y comunitario que es inmanente al cristiano auténtico”. Esta nueva tendencia dentro del cristianismo se llama Teología de Liberación. De todas maneras, los pueblos indios no sólo estamos enmarcados dentro de la categoría de pobres, somos pueblos y naciones diferentes y buscamos la recuperación y reveindicación de nuestras tierras y territorios, tener autonomía, cultura propia, lengua propia, espiritualidad propia dentro de los territorios de las Neo-Naciones Estado. Y rechazamos tajantemente el paternalismo, en cualquier forma que se nos presente.
En el mundo, donde se ha entrado a la etapa de una globalización total, ya no habrán pueblos geográficamente aislados y todas las culturas recibirán el acercamiento de otros disímiles, se quiera o no se quiera. El problema, en la preservación de lo propio en su autenticidad, no está en el rechazo de lo diferente, sino, en la convivencia. Uno de nuestros principios filosóficos dice: “La igualdad en la diferencia”, y ello nos orienta a la tolerancia de lo ajeno o distinto. Se puede vivir en un mismo territorio entre diferentes, pero para ello necesitamos la tolerancia y el respeto mútuo, sin imposiciones de ningún lado, sin embargo, seguramente, necesitaremos primero destruir de nuestras mentes y de nuestras actitudes sociales el racismo, el hegemonismo, la discriminación, el unilateralismo y, aceptarse un mundo plural.
Enviado por: Wilbert Tapia

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