lunes, 4 de febrero de 2008

El valor y la persistencia mapuche tienen un profundo significado en la dignidad de cada ser.


Por: Ismael Paredes

SIEC: Actualidad Étnica, Bogotá, 01/02/2008. La libertad, la naturaleza, el territorio, la autonomía y la cultura son pilares en la pervivencia del pueblo Mapuche -y de los pueblos indígenas-; “somos uno con la naturaleza, mapuche significa gente de la tierra”, manifiestan. Por preservar su libertad y estar en contacto con la naturaleza los mapuches hoy son vistos por el gobierno y sectores económicos de Chile como enemigos del desarrollo económico que a todas luces les quita el derecho a vivir en su tierra; por defenderla y reivindicar sus derechos muchos de ellos han ofrendado sus vidas y varios están hoy privados de su libertad.

Como desventaja del pueblo Mapuche frente a las multinacionales que explotan recursos forestales en sus territorios “son los indígenas quienes ponen los muertos y son despojados de sus tierras, hasta donde yo se”, manifiesta Eduardo Mella, trabajador social y miembro del Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas de ese país. Mientras que las empresas madereras reciben protección de los organismos de Seguridad del Estado chileno y la justicia de ese país garantiza la judicialización de los mapuches que se oponen a la explotación de sus bosques. Mediante la ley antiterrorista se criminaliza la movilización social del pueblo mapuche, aseguran analistas y defensores de los Derechos Humanos.

Los primeros días de enero el joven mapuche Matías Catrileo Quezada es abatido por las balas de los carabineros, según denunciaron autoridades mapuches y organismos de Derechos Humanos. Matías murió mientras realizaba, junto con su comunidad, una toma de tierras, estrategia que recurren frecuentemente los mapuches para reclamar sus territorios invadidos por las empresas forestales.

La muerte Matías reabrió el debate, al menos en los medios de comunicación, sobre las peticiones del pueblo mapuches y la constante violencia que se manifiesta en su contra por parte de las fuerzas policiales. Las luchas del pueblo mapuche hoy son conocidas y escuchadas en muchas partes del mundo gracias a su perseverancia y unidad; no han escatimado esfuerzo en visibilizar las constantes represiones que el gobierno chileno y las multinacionales madereras han emprendido en su contra.

Hacerle creer al mundo los atropellos en su contra por parte de un gobierno que dice ser democrático, no ha sido tarea fácil para este pueblo que otrora fuese una gran nación autónoma y soberana. En sus muchas manifestaciones por exigir sus derechos y permanecer en sus tierras ancestrales han perdido la vida innumerables mapuches y centenares de ellos están presos; juzgados por la ley antiterrorista que les criminaliza “solo por el hecho de ser mapuches” expresa una de sus comuneras.

Sin embargo los mapuches perviven y hoy han recibido la solidaridad de muchos pueblos y organizaciones indígenas y sociales, de muchos sectores académicos y de una buena parte de la comunidad internacional que han visto el sufrimiento y las formas tan absurdas en que los mapuches son reprimidos por las Fuerzas especiales de Carabineros de su país. “Es lamentable que los Chilenos más antiguos, que son los mapuches sean perseguidos todos los días”, advirtió José Saramago, escritor portugués y Premio Nobel de Literatura. El Maestro Saramago conmino a la presidenta Bachelet a mirar al pueblo mapuche y a atender su suplicas.

El conocimiento que existe a nivel internacional del trato discriminatorio del que son objeto los pueblos indígenas en Chile, es apenas una muestra de las desigualdades económicas y sociales existentes entre la población indígena y el resto del país. Araucanía, la Novena región, donde se concentra gran parte de las comunidades mapuches, es una de las regiones más pobre del país, según investigaciones al respecto. De otra parte el desconocimiento –por parte de la sociedad chilena- de su existencia y la nulidad de derechos a su favor en la carta fundamental; en Chile no rigen normas específicas que consagren las particularidades étnicas.

Si bien existe la Ley indígena, que en uno de sus artículos dice: “que las tierras mapuches no van a ser enajenadas, vendidas, ni cedidas en voces a terceros”, tal como lo manifiesta Andrea Calfunao, comunera mapuche. “Esta ley pese a ser instaurada por el propio gobierno nunca se ha cumplido; la incursión de las Forestales madereras ha relejado nuestras comunidades a tierras incultivables; las transnacionales madereras han usurpado nuestras tierras para lo cual han contado con el apoyo del gobierno e instituciones militares” evidencian los mapuches en constantes denuncias.

Según el columnista y analista José Aylwin el mal trato a los indígenas “se evidencia en los abusos cometidos por la policía en allanamientos a comunidades mapuche, donde hasta ancianos y niños han sido objeto de vejaciones y en el tratamiento criminal dado a sus demandas sociales. Se trata, como sabemos, de hechos que han sido constatados en forma reiterada por prestigiosas instancias y personalidades del mundo de los derechos humanos, incluyendo entidades de las Naciones Unidas, y que por lo mismo, resulta difícil de desmentir”.

La persecución, represión y discriminación contra el pueblo mapuche “es lo que ha motivado a tres personas mapuche y una simpatizante de la causa de este pueblo, condenados el 2004 a 10 años y un día de cárcel por el supuesto delito de incendio terrorista -cuyo carácter fue desestimado por la justicia este año al absolver en la misma causa a dos comuneros mapuche- a desarrollar una huelga de hambre de no menos de meses de duración cada una”, concluyó José Aylwin

El decoro y la valentía con que Patricia Troncoso una mujer mapuche llevo a cabo una huelga de hambre que duro más de 100 días ha hecho que organismos de DDHH, académicos, intelectuales del mundo, comunidades y autoridades indígenas de Latinoamérica se hayan pronunciado contra la discriminación y persecución de que son víctimas los mapuches. Han hecho un llamado al gobierno de Michell Bachelet para que atienda las justas reclamaciones del pueblo Mapuche y deje de reprimir tanto a los indígenas.

Numerosos testimonios y videos evidencian los atropellos de los que son víctimas los comuneros y autoridades mapuches. Como numerosas son las acciones de este pueblo milenario para resistir y para reivindicar sus derechos: movilizaciones, comunicados, llamados a organismos de DDHH, a organismos multilaterales, demandas ante Altas Cortes, Huelgas de Hambre gestadas por los presos políticos mapuches, tomas de tierras y caminos entre otras.

La Lonko Juana Calfunao Paillalef, de la comunidad Juan Paillale, su hermana Luisa Calfunao y en general su familia -presos casi en su totalidad- junto a Patricia Troncoso se han convertido en verdaderos ejemplos de resistencia y dignidad gracias a las huelgas de hambre que han realizado por la reivindicación de sus derechos y los de sus comunidades. Hoy estas luchas empiezan a dar resultados; con su esfuerzo Patricia logró negociar con el gobierno algunos acuerdos que beneficiaran a algunos de sus hermanos presos. El gobierno chileno se comprometido ante la comunidad internacional y la Iglesia Católica de Chile a iniciar acciones de solución a la crisis que afronta el pueblo mapuche.

La unidad del pueblo Mapuche; la persistencia de Patricia, sus sufrimientos; la persistencia y el sufrimiento de la familia Calfunao y de todos los presos mapuches, sumados al esfuerzo diplomático que adelantan destacados líderes mapuches han logrado que la sociedad, indiferente por tantos años, haya vuelto a mirar el sufrimiento de un pueblo que clama por su dignidad y su derecho a existir y ser reconocidos. El llamado del pueblo mapuche es a que se respeten sus diferencias y se garantice su autonomía tal como debería suceder en las verdaderas democracias.

Las democracias que tanto pregonan gobiernos como el chileno y el colombiano, son más bien represalias contra quienes de verdad son ejemplo de democracia: las formas de vida comunitaria. Los colectivos étnicos, feministas, sociales, campesinos, académicos, sindicales y culturales, entre otros han visto como sus integrantes son perseguidos y diezmados casi que sistemáticamente por quienes dicen ser los cuerpos de seguridad de estos Estados “democráticos”.

Y mientras en el seno de estas comunidades y colectivos se van gestando los principios de la convivencia; equidad, tolerancia, libertad, amor a la tierra, respeto y solidaridad… en el seno de los entes gubernamentales e institucionales se va gestando un odio exacerbado en contra de los indígenas, mapuches en este caso; quienes por aferrarse a su tierra y a su cultura son vistos como un estorbo para el desarrollo económico que en poco o nada valora la vida y las culturas de los pueblos.

La situación para el pueblo Mapuche no ha sido diferente; muchos de sus comuneros y autoridades que quieren vivir compenetrados con su tierra, que es su vida misma, han sucumbido ante las balas de quienes defienden “las democracias” y “la justicia”. Pero su valor, su persistencia y su luchas “tienen un profundo significado en la dignidad de cada ser. Lo que hoy defendemos no es una huelga, no son solo presos no es solo represión en contra de un pueblo indefenso sino que es respeto a la dignidad de un pueblo; ejemplo para otros porque no a dejado de pelear para recuperar lo que siempre les ha pertenecido: su tierra y lo que habita en ella”, expreso en una carta Patricia Troncoso.

En un gesto de gratitud a sus hermanos mapuches Patricia agradeció la solidaridad recibida e invito a permanecer unidos; “somos parte de una gran familia en la que si tocan a uno nos tocan a todos, así somos, ¿quién podrá contra esta gran familia? formada a partir del valor de la esperanza y anclada a los anhelos mas grandes y generosos que nos mueven a luchar por lo que creemos es justo”.

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