Apropiación y Reparto Territorial del Pikun Mapu.
La invasión de territorios indígenas por la Corona Española desde 1540, significó que las tierras dominadas militarmente pasaran a formar parte del Patrimonio Real, para luego proceder a su reparto a las huestes hispanas a través de las mercedes reales, reservándose a los indígenas pequeñas porciones territoriales que constituyeron fuente de mano de obra para ser encomendadas en favor del invasor.
La política de dominación impuesta en el Pikun Mapu fue la apropiación del territorio, el reparto de las tierras a los conquistadores, la reducción de los mapuche a Pueblos de Indios y la imposición del sistema de encomienda, consistente en disponer de la mano de obra indígena para ser trasladada desde sus asentamientos originales hasta las haciendas formadas por el español. La política española de dominación hispana articuló la encomienda, las mercedes de tierras y los asentamientos en pueblos de indios como un sistema de explotación necesario para la economía colonial.
La fundación de Santiago fue el primer acto de usurpación ilegal de tierrasmapuche. Se produjo el despojo de los lof mapu de los mapuche Wayko Che (Guaicoches) (gente de la quebrada con agua) que tenían sus posesiones en las tierras ubicadas detrás del cerro Mañkewe (Manquehue), las que se comenzaron a denominar La Dehesa del Rey. Los Wayko Che, fueron llevados a Tango, luego los trasladaron a Peñalolen y finalmente se le adjunto al pueblo de indios de Apoquindo.
Mercedes de Tierras: La constitución del latifundio español sobre las tierras del Pikun Mapu.
Las mercedes de tierras constituyeron la forma en que los españoles repartieron el pikun mapu y dieron origen a la propiedad hacendal. Las primeras mercedes estuvieron asociadas a las encomiendas de mano de obra y se establecieron cerca de los asentamientos originarios de los mapuches, cercando las tierras indígenas.
Mercedes de Tierras: La constitución del latifundio español sobre las tierras del Pikun Mapu.
Las mercedes de tierras constituyeron la forma en que los españoles repartieron el pikun mapu y dieron origen a la propiedad hacendal. Las primeras mercedes estuvieron asociadas a las encomiendas de mano de obra y se establecieron cerca de los asentamientos originarios de los mapuches, cercando las tierras indígenas.
En la cuenca del valle de Santiago, las primeras mercedes se solicitaron sobre las tierras ocupadas directamente por los mapuche e inmediatas a la población indígena. En 1546, en los sectores de los lof y ayjarewe conocidos como Apoquíndo, Vitacura, Tobalaba, Ñuñoa y Macul se constituyeron mercedes de tierras a favor de Juan Jufré, compañero de Pedro de Valdivia y Francisco de Aguirre. Francisco de Villagra solicitó las tierras del Logko Martín en Macul y en ellas se repartieron chacra y caballerizas. En otros casos se optó por salvaguardar las tierras indígenas ante las solicitudes de algún español, como ocurrió en las riberas del río Maipo, donde a Pedro de Villagra se le negaron las tierras del lonco Guachimpilla.
El reparto del Pikun Mapu y la constitución del dominio hacendal español trajo conflictos con los mapuche que se opusieron a la perdida y usurpación de sus tierras, exigiendo a los españoles el respeto por la posesión, cabida y dominio de las tierras dejadas como reducción u ocupadas materialmente de forma permanente y temporal.
Hacia mediados del siglo XVII, las zonas más importantes y codiciadas de las primeras ciudades chilenas, Santiago y La Serena, se encuentran repartidas en mercedes y tienden a convertirse en compactas estancias.
Los Pueblos de Indios
Los Pueblos de Indios
La constitución de los pueblos de indios fue parte de la política hispana para asentar a los mapuches en parte de las tierras ancestrales, correspondientes a parte de sus antiguos lof y ayjarewe. Su segundo objetivo era deslindar la propiedad indígena para destinar el resto de las tierras a la constitución de la propiedad hispana.
Las radicaciones en pueblos de indios, tenían magnitudes variables de superficies según el tamaño de la población, pues las ordenanzas de Lillo establecían una superficie de tierra a entregar en forma individual al logko (10 cuadras), indios (5 cuadras), viudas (3 cuadras) más tierras comunitarias.
Las tierras reconocidas a los llamados pueblos de indios en general consideran en las mensuras las zonas pobladas y de localización de rucas, las tierras agrícolas (generalmente reconocidos como propiedad individual) y terrenos de pastajes de animales (como propiedad comunitaria), quedando fuera del reconocimiento los terrenos de recolección y caza y de uso sagrado, y aquellos de uso temporal como las veranadas, suelos de valle y rulo y muchos otros que constituían los territorios de los ayjarewe. Los terrenos no reconocidos al mapuche se llamaron terrenos “vacuos" o "vacantes" y se ocuparon para la asignación de las mercedes de tierras.
La Encomienda: Un sistema de esclavitud
La encomienda como sistema de obligación de trabajo provocó la disminución de los habitantes de los lof y ayjarewe debido al traslado de gran parte de la población mapuche a las haciendas, lo que significó baja presencia o despoblamiento mapuche en las tierras reducidas y facilidades para que se emprendieran procesos de usurpación.
Las encomiendas fueron asignadas por mandato del español para proveerse de mano de obra, constituyéndo la primera retribución de la conquista territorial.
Los traslados de población desde un pueblo de indios a otro o de un pueblo a una hacienda fue el común denominador de la disminución constante de población mapuche en los asentamientos originarios. El poder español sometió a todos los hombres de entre 18 y 50 años a servir en la hacienda, lo que provocó que en los pueblos de indios solo quedase población infantil, jóvenes, mujeres y ancianos, muchos de estos trasladados para servicio personal. El traslado de población también facilitó a los españoles la usurpación de las tierras a través de la ocupación directa de los terrenos abandonados.
LA COLONIA: EL BLOQUEO A LA CORONA ESPAÑOLA PARA CONQUISTAR EL SUR DEL BIO-BIO
En su afán de conquistas los europeos avanzan hacia el sur, produciéndoseenfrentamientos, guerra y la destrucción de la sociedad indígena. Sin embargo, la Conquista fracasa reiteradamente. El Gobernador de Chile es muerto en la batalla de Tucapel y son despobladas las ciudades del sur incluyendo Concepción. Lautaro avanza hasta el Mataquito, sexta región. Vuelven refuerzos españoles del Perú y se reinstalan los europeos en tierras al sur del río Bío Bío. Los mapuches no se dejan vencer y son muy pocos los años que los españoles logran ponerlos a trabajar en las minas de oro, en los famosos lavaderos de Quilacolla, Valdivia y Villa Rica.
LA COLONIA: EL BLOQUEO A LA CORONA ESPAÑOLA PARA CONQUISTAR EL SUR DEL BIO-BIO
En su afán de conquistas los europeos avanzan hacia el sur, produciéndoseenfrentamientos, guerra y la destrucción de la sociedad indígena. Sin embargo, la Conquista fracasa reiteradamente. El Gobernador de Chile es muerto en la batalla de Tucapel y son despobladas las ciudades del sur incluyendo Concepción. Lautaro avanza hasta el Mataquito, sexta región. Vuelven refuerzos españoles del Perú y se reinstalan los europeos en tierras al sur del río Bío Bío. Los mapuches no se dejan vencer y son muy pocos los años que los españoles logran ponerlos a trabajar en las minas de oro, en los famosos lavaderos de Quilacolla, Valdivia y Villa Rica.
Continúan años y décadas de una violencia inusitada hasta que a fines del siglo XVI, un grupo de pureninos descubre al Gobernador Oñez de Loyola en Curalaba o Curalaf y le dan muerte siendo el segundo Gobernador en caer, transformándose la Guerra de Arauco en un caso único en toda la Conquista de América.
Sin embargo, los españoles no pudieron imponer su sistema en el territorio del sur de Chile, en territorio mapuche la dominación no surtió los efectos esperados por los hispanos; la respuesta se encuentra en la férrea resistencia militar que opuso el pueblo Mapuche, situación que cambiará drásticamente el sistema de relaciones que deberá asumir la Corona española respecto a aquel.
Los mapuches, entonces, logran resistir la ocupación española. Logran sobreponerse a la penetración inicial de los hispanos, al establecimiento de los primeros fuertes y ciudades (Tucapel, Purén, Angol, Imperial y otras) en su territorio y de la distribución de su población en encomiendas. Después de numerosas batallas y hacia fines del siglo XVI, los mapuches logran la expulsión y el afianzamiento de una autonomía política y territorial sobre el espacio de la Araucanía.
Nacimiento de una Frontera y de un proceso de Negociación
Luego del alzamiento de Curalaba, los españoles, al no poder penetrar los territorios mapuches, se ven obligados a constituir una frontera en los límites que señala el río Bío Bío. A partir de aquí, la Corona Española se ve obligada a reconocer la zona ubicada al sur de dicha frontera como un territorio autónomo perteneciente a otro pueblo, lo que ha sido conocido por los historiadores como "La Frontera".
Para vigilar y defender la línea de la frontera, la corona creó un ejército formado por 2000 hombres, para cuya sustentación debía ser enviada anualmente desde Lima una subvención extraída de la producción de plata de Potosí. Junto con ellos, fueron erigidos en las riberas norte y sur del rio Bío-Bío una docena de fuertes.
A fines del siglo XVI, la Corona Española preferirá un sistema de conquista que se basara en lo que será conocido como “guerra defensiva”. A partir de 1610, a instancia de Felipe II, el sistema de guerra defensiva comenzó a ser aplicado. Con ello se prohibieron las correrías españolas más allá de la línea de frontera del Bío-Bío, se anuló la Real Cédula de 1608 que permitía la esclavitud indígena y se prohibió el servicio personal de los indígenas, las que fueron remplazados por una contribución en dinero. Sin embargo, la guerra defensiva no funciona y será comunmente desprestigiada debido a que los hacendados de la colonia se hicieron dependiente del Real Situado, por lo cual se seguirá apelando a la necesidad de una guerra ofensiva para hacer frente a los “belicosos araucanos”.
Los mapuches permanecen independientes de España por espacio de más de 260 años.
Al fracasar la lógica de sometimiento hispano, se inaugura una segunda etapa en la relación mapuche-español que está marcada por la política de los parlamentos, la que permite convivir de manera pacífica con los españoles región. Después de algunos encuentros se produce uno de los más significativos, conocido como las paces de Quillín y que tendrá lugar 91 años después de iniciada la guerra de Arauco. Los acuerdos de este parlamento son los siguientes:
- Se reconoce como frontera el río Bío Bío y la autonomía del territorio mapuche.
- Los españoles deben despoblar la ciudad de Angol.
- Los mapuche se comprometen a no vulnerar la frontera, devolver a los prisioneros y dejar predicar a los misioneros en su territorio.
Es en la Frontera donde se configura un cuadro de relaciones que trascendieron el límite geográfico marcado por el Bío Bío; se puede observar un nuevo escenario de las relaciones mapuche-españolas, donde por sobre la guerra va a dominar una paz "parlamentada" que permanentemente está a punto de romperse. Sin embargo, se trata de un período en que a diferencia del periodo anterior se podía llegar a acuerdos.
El parlamento es sin dudas un instrumento de contacto que usaron los españoles. También puede plantearse que se trata de un instrumento utilizado por los mapuches que les permitió establecer relaciones con los hispanos según criterios propios; incluso podría decirse que los españoles, incapaces de imponerse por la fuerza, "cayeron en la trampa" de las formas de negociación indígenas y no les quedó otra alternativa que aceptar "protegidos" por el término "parlamento" un tipo de encuentro ritual que los mapuches practicaban mucho antes de la llegada de los españoles y que éstos calificaron despectivamente de "borracheras".
Debido a dichos mecanismos la Corona española se vio en la necesidad de modificar sustancialmente las estrategias de dominación que hasta el momento del contacto con los mapuches le habían reportado exitosos resultados, y tuvo que entrar en una negociación que la obligó a reconocer a los mapuches como un actor distinto con el cual debía negociar, cuestión que queda reflejada en la política de los parlamentos.
Durante la colonia se habría logrado constituir un equilibrio entre dos "naciones independientes", que se relacionaban, pero que eran autónomas y que se reconocían mutuamente. Esto, no debe idealizarse, pues coexiste con el deseo de hacer desaparecer al otro (en un todo mayor que los incluya), sólo que al no poder lograrlo se asumen relaciones más horizontales donde permanece la obligación de parlamentar con el otro.
Mapuches y españoles convivieron en la frontera, desde el siglo XVII, al amparo de una complementariedad que contuvo el conflicto y favoreció las relaciones pacíficas. Se crea un sistema de gobernabilidad basado en una complementariedad que habría generado una integración regional al interior del espacio y de éste con el resto del sistema colonial, configurando una realidad regional muy dinámica, con protagonistas que supieron aprovechar los beneficios de esa complementariedad.
Las organizaciones indígenas mapuches han asumido con mucha fuerza la importancia de los Parlamentos como fuente de legitimización a sus demandas territoriales y culturales. Desde una perspectiva histórico-jurídica se sostiene que los parlamentos que tuvieron lugar durante la colonia, dentro de los cuales destacan los de Quilin de 1641 y 1647 y más tarde el de Negrete (1726), constituyen un reconocimiento del estatus independiente del pueblo mapuche y de su territorio, la Araucanía. Si bien es cierto que en estos tratados los mapuches debieron asumir múltiples obligaciones, los parlamentos coincidieron en reconocer la frontera en el Bío Bío, donde ninguno podía cruzar sin el permiso del otro, dividiendo los territorios y jurisdicciones de ambos pueblos. Se trataría entonces, de un tratado internacional entre naciones soberanas.
Parlamento de Quilin.
Realizado el 6 de enero de 1641, se transforma en el primer parlamento realizado entre Españoles y Mapuche. Este parlamento reconoció la frontera en el río Bio Bio y la independencia del territorio Mapuche. De este modo los Españoles se comprometen a despoblar Angol, la única ciudad-fuerte que quedaba en este territorio, y los Mapuche se comprometen a no vulnerar la frontera, permitir la presencia de misioneros en su territorio y devolver los prisioneros.
Los acuerdos logrados en este parlamento tienen una gran importancia ya que los parlamentos posteriores se basaran en dichos acuerdos, otorgando reconocimiento formal por parte de España a la independencia del territorio entre el río Bio Bio y el Tolten, transformándose de ese modo en un territorio no perteneciente a la Capitanía General de Chile.
A pesar de los acuerdos los Españoles continuaran vulnerando las paz a través de incursiones de escarmiento Militar o de toma de cautivos para transformarlos en esclavos.
Parlamento de Negrete
Realizado el 13 de febrero de 1726, en este parlamento se ratifica el reconocimiento de la frontera del Bio Bio y el carácter de independiente del territorio, estableciéndose una relación comercial entre Mapuche y Españoles en ambos territorios. En este parlamento se acordaron 12 puntos que se resumen en (“Historia del Pueblo Mapuche” José Bengoa, Pág. 39):
- Los indios debían deponer las armas;
- Reconocerse vasallos del rey de España;
- Enemigos de los enemigos de este;
- No oponer resistencia al restablecimiento de fuertes al sur del Bio Bio en caso que la corte dispusiese así;
- Aceptar misioneros en sus tierras, i concurrir a la iglesia los que fueren bautizados;
- Por cuanto de los conchavos (intercambio en los que no se ocupa dinero, sistema de trueque) nacen los agravios que han dado motivo en todos tiempos a los alzamientos por hacerse clandestinamente, sin que a favor de estos indios deben guardarse, será conveniente que tengan conchavos libremente, pero reducidos a los tiempos y parajes en que se han de celebrar tres a cuatro ferias al año, concurriendo los indios y españoles tal día, en tal punto, con sus jeneros donde se hallare el cabo (comandante militar) i las personas que nombraren los indios en numero igual;
- Se prohibía el robo de inidos del territorio mapuche, se prohibía a los españoles ir a negociar privadamente al interior y otras clausulas más, referidas a la aplicación de la justicia.
Principales Parlamentos Hispano – Mapuche De Que Da Cuenta La Historiografía Oficial (“Historia del Pueblo Mapuche” José Bengoa, Pág. 221).
Consecuencia de la Conquista y la Colonia
Primero la implantación del sistema hacendal, la consolidación de los pueblos de indios y la encomienda y luego aa guerra transforma de manera radical la sociedad mapuche. Ocurre un abrupto descenso en el número de población debido a los muertos en batalla y a los muertos por las pestes que traían consigo los españoles. La sociedad mapuche, que hasta ese momento era cazadora, recolectara y horticultora, se transformará en una sociedad guerrera.
Los mapuches rápidamente dominan las técnicas ecuestres, transformándose en grandes jinetes, arma determinante durante la guerra de Arauco. Pero también el caballo condicionará el tipo de economía que van a adoptar los mapuches después de la guerra, significará cambios en el tipo de desplazamiento y también será objeto de intercambio. Así los mapuches se irán transformando en una sociedad ganadera, extenderán su territorio desplazándose hacia las pampas del actual territorio argentino, araucanizando a los grupos trasandinos.
En el ámbito del territorio, si bien logran mantener autonomía al sur del Bío-Bío, el territorio mapuche se ve disminuido por la conquista y distribución entre los hacenderos españoles del territorio del Pikun Mapu, antiguamente habitado por los Pikunches.
La evangelización realizada por los españoles, así como la aceptación y conversión de la población mapuche al cristianismo, trae consigo graves e irreversibles consecuencias. Se demonizan prácticas y autoridades religiosas mapuche, así como también se incorporan elementos externos, como cruces, figuras de vírgenes y santos que van suplantando la simbología y significados religiosos propios. Este despojo sociocultural viene a agravar las circunstancias de despojo material instaladas por el invasor español, vulnerabilizando aun más la debilitada población mapuche.
No se puede dejar de mencionar además que las violaciones y robos de mujeres producidas en las incursiones militares de este periodo, unido al nacimiento de una vida de intercambio fronterizo en la línea del Bio-Bio, trae como consecuencia una mezcla racial entre ambas poblaciones y el inicio de un proceso de mestizaje que daría origen a la población chilena que habitaría después estos territorios.
Encargados de bibliografía, referencias y documentos:
José Quidel. Profesor, Investigador y Logko comunidad Itinento.
Victor Caniullan. Asesor Sociocultural, Investigador y Machi comunidad Quillem Alto.
Jimena Pichinao. Antropóloga e Investigadora.
Fresia Mellico. Profesora de Mapuzungu e Investigadora.
Edición:
Patricio Burgos. Antropólogo.
Francisco Cabellos. Psicólogo Social.
Pamela Luna. Psicóloga Clínica.
1 comentario:
EL CAPITÁN SOLANO: EJEMPLO DE LEALTAD EN LOS LIBROS ESCOLARES
Fragmento extraido de un texto destinado a la enseñanza escolar, cuyos objetivos son inculcar a los niños elevados valores de moral, ética y nobleza. La anédota, de altísimo valor didáctico y formativo, demuestra claramente las inusuales virtudes con que se hallaba dotado el capitán Rufino Solano.-
Nelson, Ernesto. Moral y civismo. Libro primero. Para 2º y 3º grados, Pág. 56. Edición 2º, Publicado por A. Kapelusz y cía., Buenos Aires, 1937.-
20. Lealtad con los indios. El capitán Rufino Solano, gracias a la lealtad que había demostrado en su trato con los indios, era depositario de la confianza de éstos.
Cuando el cacique Calfucurá cayó prisionero del Ejército Nacional en Puán, el capitán Solano se encontró con una patrulla de indios que iba al mando del hijo de un cacique. Le confesaron que iban a apresar a los soldados que pudieran, a fin de llevarlos como cautivos y tenerlos como rehenes para conseguir la libertad de Cafulcurá.
Solano logró disuadirlos de su intento, dándoles su palabra de honor de que él obtendría la libertad del cacique prisionero.
De regreso a Buenos Aires, Solano expuso la situación, pidiendo que se le ayudara a cumplir la palabra que le había dado al enemigo.
Felizmente su conducta fue aprobada, fue ascendido y se le confiaron los prisioneros para que él mismo los llevara a los toldos.
Esta anécdota muestra igualmente, que los indios aun siendo salvajes, creían en la lealtad de los demás. Y que el que cree en la lealtad de los otros no puede ser sino leal él mismo cuando llega el caso.
1. No inspira confianza el que no la demuestra.- Mme. Riccobini.
2. Un hombre ya es digno cuando se sabe que se puede fiar en él.- Samuel Smiles.
http://elcapitanrufinosolano.blogspot.com
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